Entre los 14 y los 17 años los jóvenes forman parte de la Rama Raider. A través de ‘Empresas’ planificadas en pequeños grupos primero y en Tropa y Comunidad luego, se asumen las riendas de la gestión de los propios proyectos. Es el momento de llevar a la vida diaria los valores del escultismo y el Evangelio; de poner los conocimientos y capacidades propios al servicio de los demás, y de experimentar a Dios en la naturaleza. Se crean espacios de juego donde se da énfasis al marco simbólico de la rama que es la “Aventura”
Este es un momento crucial para las ideas, los interrogantes y las ambiciones. Los chicos y las chicas empiezan a perfilar su personalidad definitiva.
El grupo cobra enorme importancia y se hacen hombres y mujeres activos. No aceptan el ocio pasivo y dirigido que se oferta a los jóvenes. Elaboran sus propios proyectos, abiertos al servicio comunitario, se abren a la sociedad y afianzan su pertenencia y su responsabilidad ciudadana.
Conciben sus propios “plan de adelanto personal”. Son ellos y ellas los verdaderos protagonistas de su futuro. Conciben la “Empresa o Proyecto” desde la idea hasta la ejecución, con la mera supervisión del dirigente. Se responsabilizan de sus acciones y se impulsan en su propia motivación.
Se experimenta una profunda espiritualidad a traves de los “Raid”, donde el o la Raider emprenden una marcha en la que por medio de meditación y contemplación se ponen en contacto con Dios y la naturaleza.
Su objetivo y divisa es estar “Siempre Listos para Salvar”